Un poco de literatura
Hay momentos en los que no recuerdo ni como me he metido en esta aventura... O sí lo recuerdo, pero me parece que ha sido una eternidad, cuando tan sólo han transcurrido unos pocos meses, y desde que me he tirado oficialmente a la piscina publicando anuncios han pasado apenas... ¡¡TRES SEMANAS!!. Estoy absolutamente en pañales, me queda mucho mucho por aprender.
Siempre me he sentido atraída por la literatura erótica, la temática de la prostitución y la promiscuidad. Recuerdo que con 13 años recién cumplidos, mis padres compraron uno de esos muebles en los que te regalaban una colección de clásicos de la literatura ( no nos engañemos, supuestamente adquirías una colección de libros y te regalaban un mueble, pero NO, comprabas un mueble de caoba a 5 veces su precio lleno de libros con una calidad ínfima). Supongo que mi madre nunca llegó a mirar en detalle los títulos que había comprado, porque entre ellos encontré Justine o los infortunios de la virtud del Marqués de Sade. A mi lo de Sade me debía de sonar de algo, eran libros con las tapas de polipiel así que no había nada en la contraportada que me hubiera invitado a leerlo. En fin, sea como fuere... recuerdo haberlo leído a escondidas en la cama, cuando sabía que nadie iba a entrar ya en mi habitación, notar mis primeras excitaciones gracias a la lectura, sujetar el libro con una mano mientras me acariciaba suavemente, y disfrutar de aquellos momentos en los que te masturbabas recreando mentalmente la escena que acababas de leer. La dominación en sí no es algo que me haya interesado especialmente, pero querid@s, fue lo que cayó en mis manos, no eran los tiempos que corren ahora y menos en una casa como la mía. Si no recuerdo mal, también estaba en esa colección Lolita y es de los pocos casos en los que he preferido la película al libro.
Un año después, empecé en el instituto y me aficioné a pasar las tardes en la biblioteca, oficialmente estudiando... Descubrí las novelitas de La Sonrisa Vertical y las devoraba en aquellas butacas acolchadas entre los pasillos, ocultas en un block de anillas para que nadie viera la característica portada rosa claro... Recuerdo especialmente Las Edades de Lulú, fue una lectura que en su momento me dejó marcada, caminaba por la calle absorta evocando los pasajes de la adolescencia de Lulú, con lo que yo exactamente me sentía identificada. Curiosamente, en enero de este año emitieron la película por TV, justo cuando Marina estaba en pleno proceso de gestación, y verla me causó el mismo efecto que hace 20 años, dejándome pensativa durante unos días, viendo mi alma reflejada en la de esa Lulú transgresora que necesita más, y que se adentra por los pasajes oscuros del deseo oculto porque su vida corriente no la hace feliz. De todos los libros relacionados con este tema, es sin duda, mi favorito (¿quizás porque sea una buena novela?). Es el que más me ha hecho sentir, posiblemente a través de él supe de la existencia de la adicción por el sexo intenso, cuando es bueno. Las edades de Lulú forma también parte de mi evolución hasta llegar a estas líneas. Grande Almudena...
Recuerdo asimismo con cariño mi lectura estival de aquellos años: las novelas de Harold Robbins, esos bestsellers que en casa llámabamos "De amor y lujo" pero en las que el autor no se andaba con remilgos e incluía pasajes de alto voltaje llamando a las cosas por su nombre: "No titubeé un instante y bajé la bragueta de Matthew con un rápido movimiento, para, antes de que él pudiera reaccionar, introducir su miembro semierecto en la humedad de mi boca y ser capaz de volcar el placer de su polla en mis ávidos labios".
Y Marina adolescente se ponía como loca leyendo esas frases... y releía, y releía... y dejaba los ojos fijos en la palabra polla, mientras se le quedaba la lengua pegada a los polos de limón...
(La frase evidentemente es inventada... era para daros una idea...).
Como bien comprenderéis, todo el revuelo mediático que se ha montado con Cincuenta sombras de Grey no se debe nada más que a la buenísima campaña publicitaria que le acompañó, porque hace ya 30 años sexo y glamour estaba al alcance de cualquiera que pisase una librería (y sin tanta parafernalia de habitaciones rojas!!) ( Si, me lo he leído, para criticar algo hay que conocerlo).
Años más tarde me impactó también Diario de una Ninfómana, por la naturalidad, la valentía con que lo contaba, y lo concisa que era Valerie Tasso. Y porque era real. No era inventado, había sucedido, alguien lo había vivido. Quién me iba a decir a mí que unos cuantos muchos años después iba a experimentar la sexualidad de la misma forma que ella relataba , totalmente exenta de juicios y prejuicios. He leído su bibliografía completa, y posiblemente, me sentí tan deslumbrada por el primero de sus títulos que los sucesivos no causaron ni de lejos el mismo efecto. Hasta que con el último no he sido capaz de pasar de la décima página. Supongo que lo que me gustaba era la historia de Valerie antes de ser famosa.
Por esas mismas fechas, Melissa P. publicó Los cien golpes y una vez más, leía con morbo y envidia a partes iguales. Envidia por tener ese mismo anhelo de transgresión, curiosidad, hambre de experiencias, y quedarme a medias, la mayoría de las veces por sentimientos de inseguridad que arrastraba desde la adolescencia. Melissa P. era tan tan joven, tan virgen en todo, tan valiente para probar lo que se cruzaba en su camino y no sólo eso, ¡se había atrevido a contarlo en cuanto cumplió la mayoría de edad!.
Creo que no fue hasta los 25 cuando empecé a fantasear con la prostitución, y digo bien, fantasear, porque en aquellos momentos ya tenía pareja estable y la tuve durante muchos años más. Pero leía, el tema me interesaba, también la promiscuidad y cosas que se salieran un poco de lo normal. En Amante del sexo busca pareja morbosa , Luisgé Martín pasó dos años insertando anuncios en secciones de contactos y recopiló más de 3.000 cartas que sirvieron para dar vida al libro. Algunas de aquellas cartas en su momento me sorprendieron, ciertas cosas ni me las había imaginado nunca, y a día de hoy, en esta corta experiencia como escort, me doy cuenta de lo presentes que están esas perversiones en los clientes que vienen a pedirte lo que nunca pedirían a una amiga, novia, esposa, o simplemente, el ligue de esa noche.
El conocidísimo libro de Antonio Salas El año que trafiqué con mujeres, me hizo, en parte, sentirme avergonzada con el hecho de fantasear con la prostitución. La parte sórdida de este mundo pone los pelos de punta, pero creo que en realidad nada tiene que ver un estrato con el otro y ojalá que llegue el día en el que únicamente haya mujeres dedicándose a la prostitución de forma voluntaria y hasta vocacional, pudiendo elegir, tal y como yo hago, si estás con una persona o no.
Por último, a principios del año pasado compré Las ocultas de Marta Elisa de León (tiene un Blog muy interesante que te invito a visitar) y fué gracias a él que descubrí el nivel intermedio de la prostitución, el que se queda entre las princesas de 20 y 40 euros, y las escorts que cobran diez veces más. Me resultó duro y morboso a partes iguales. Ella acabó desgastada, hundida, iba y venía en una espiral adictiva por la cual no lograba salir del todo. Fue la primera vez que leí sobre chicas que lo cogían y lo dejaban, que eran putas errantes e itinerantes. Creo que en parte me asustó un poco.
Proseguí con Yo, puta de Isabel Pisano y perpleja me he quedado al encontrar hace unos minutos que hasta habían rodado una película, que por las críticas, no hace brillar mucho al libro. Yo, puta es un compendio de entrevistas a prostitutas de todos los niveles, en un estilo algo menos novelesco que el de Antonio Salas, si bien creo que ya no se aprecia debidamente lo que en él contaba por la cantidad de blogs y posts en foros que hay hoy en día en internet. Actualmente, hay chicas con tarifas (en mi opinión) bastante bajas haciendo comentarios a foros sobre tipos de clientes, prevenciones, que les gusta, que les disgusta (y también haciendo su particular campaña de marketing, como yo, para que vamos a negarlo). Internet, por lo que he visto y leído, llega a un abanico muy muy amplio de este sector, y ellas (nosotras... casi me da vergüenza incluirme...si no llevo ni diez minutos...Mis respetos a las veteranas, escribo desde la más absoluta humildad) hemos tomado la palabra. Ya no hacen falta entrevistas para que alguien publique un libro, ni grabaciones con imagen y voz distorsionada. Lo hacemos tras este enorme biombo, o las más valientes, como Paula Vip y Montse Neira , absolutamente a cara descubierta.
Todo este material se fué aposentando en mi cabecita, lo reposé y asimilé, dejándolo en estado de hibernación, hasta que en septiembre de 2012 la decisión estaba tomada: no sabía ni cuándo ni cómo, pero lo haría. Cómo ha seguido la historia desde entonces hasta el día de hoy es algo que por el momento ni tan siquiera sé si quiero plasmar en este blog. Tiempo al tiempo.
Sólo puedo deciros, una vez más, que esta doble vida me hace feliz. Me aporta algo que hasta la fecha no había conseguido con otras facetas, me gratifica con muchas más cosas de las que se puedan imaginar a parte del dinero y es una experiencia que quiero vivir por un tiempo inconcreto sin desatender mi vida normal.
Por cierto, hablando de vida normal... creo que me reclama ;)
¡Feliz tarde de domingo!
Marina
PD: Si yo hubiera tenido un hermano como Fernando Guillén Cuervo a los 27 años, también habría cometido incesto...
PD2: Con los beneficios de la próxima cita de Marina, voy a comprarme un e-book. Que no se diga que la prostitución no fomenta la lectura.