Show must go on!
Vuelvo a escribir aprovechando el relax del fin de semana y recordando el retiro estival . A pesar de haber disfrutado de vacaciones partidas siendo el 50% en modo infantil y el otro 50% en modo "adults only", no me privé ni en una sola ocasión de exhibir cuerpo y hacer top less en la playa a excepción de las citas familiares con los suegros. Si eres uno de los que aprovechó para mirarme furtivamente a la orilla del mar, espero que la próxima vez seas algo más golfo y me guiñes el ojo con picardía para que pueda responderte jugando lascivamente con la lengua. No importa que esté mi chico al lado, ya sabes que le gusta...
Y justo de eso quiero hablaros hoy, de cuánto le pone a mi chico verme deseada por otros hombres u otras parejas. No tiene nada que ver con conceptos como cuckold o hotwife, a pesar de que nos conocimos solteros dentro del ambiente swinger y apenas un par de semanas después le hice saber la existencia de Marina siendo aceptado sin problema.
Ha sido tema recurrente en nuestras conversaciones, él afirma (o así le he entendido yo) que el hecho de que otros hombres expresen abiertamente su deseo por mí, digan sin tapujos las ganas que tienen de lamerme, chuparme, oírme suspirar y sentir las oleadas de Marina, dota de mayor valor a su conquista, a la mujer a quien él se ha llevado, por ende, le hace sentirse más valioso por haberle elegido.
En mi caso también coincido en parte, pero no lo limito exclusivamente a lo anterior, y es una teoría que he desarrollado en estos últimos 3 años de catarsis personal. Cada vez que surge la conversación con amigos, vengo a defender la misma postura: tener sexo es como el comer. He aquí mis argumentos:
1- Comer es una necesidad fisiológica. El sexo también.
2- Cuando dicha necesidad fisiológica - en el caso de alimentarse- ya no supone una cuestión de existencia, con frecuencia buscamos convertirlo en una experiencia agradable. Comemos dentro y fuera de casa con variadas compañías teniendo asimismo en cuenta el entorno, la calidad de la comida, las sensaciones que nos provoca...
3- Comer / cenar acompañado tanto dentro como fuera de casa con tu pareja puede ser una ocasión muy gratificante, íntima y al margen de la rutina, pero también lo hacemos casi cada fin de semana acompañados de nuestra pareja y más personas y se disfruta igualmente, no está en absoluto mal visto y nadie jamás se cuestionaría que tuviera única y exclusivamente que disfrutar de una buena cena con mi pareja, ¿cierto?.
4- Por tanto, si se acepta socialmente que una pareja quede con otra pareja o un amigo@ para cenar, ¿por qué no se puede aceptar sin tantos tabúes que dos personas con una relación sentimental compartan el placer en un encuentro sexual con alguien ajeno a esa relación?
En mi caso concreto, no me gusta compartir a mi pareja. Esa frase indica posesión y no es el caso, ambos hemos decidido libremente estar con el otro y enriquecernos mutuamente. No quiero privarle de acostarse con otras mujeres, ni quiero privarme yo (ni mujeres ni hombres ;) ) porque verdaderamente lo que quiero es que sea una experiencia más conjunta , como cuando estamos en la playa y nos hacemos comentarios el uno al otro acerca de los estupend@s que nos rodean. Quiero que pruebe otros cuerpos, otras lenguas, otros besos, otras tetas, otros olores, mezclado con mis fluidos y sean nuestras dos lenguas las que le laman, o bien que lo disfrute mientras yo hago otro tanto a escasos metros de distancia. Ni tan siquiera debe ser considerado como una postura generosa porque insisto, no hay posesión, no me "adeuda" reprimir su sexualidad. Ni comer todos los días el mismo filete conmigo y el telediario de fondo.
Doy por hecho que contamos con ventaja al haber sido una pareja que ha comenzado ya con una franqueza y liberalidad inusual (imaginaos por un momento la situación en la que le dije a mi chico que era escort... Me lo jugué todo a una carta). Por eso somos capaces de compartir entre nosotros y con terceros, cuartos, quintos y hasta séptimos, momentos de morbo y excitación hasta cotas que hace tiempo pensamos que sólo serían esporádicas convirtiéndolas en nuestro estado natural recurrente.
Nuestras vidas A conjuntas nos obligan a que los encuentros reales sean planificados y organizados con antelación, pero como muy a pesar de lo duro que haya sido el día, nos puede el espíritu golfo y juguetón, con frecuencia nos saciamos por la webcam dejando que sientas desde el otro lado de la pantalla cómo me desnuda Pablo, a qué saben mis pezones, cuán difícil es que te quepan mis tetas en una mano, lo sencillo que resulta saber que estoy excitada al verme el labio superior levantado mientras me bamboleo en las embestidas, oigas nuestros gritos y palabras sucias que acaban siempre igual.
Con tu orgasmo.
Con el suyo.
Con los míos.
Con el fin de que te resulte mas sencillo entender el sistema para vernos por webcam, hemos creado esta página dentro del blog en la que puedes ver los requisitos y forma de contactarnos para poder ver de principio a fin uno de nuestros shows erótico- orgásmicos. Aún así, mándanos un correo para cualquier duda que tengas.
¡QUE EMPIECE EL SHOW! con @marinasquirt