Plantones
Vengo a desahogarme, que para eso esta es mi casa. Llevo una de plantones que no es normal. El sábado, por un percance ajeno a mi cliente, cuando acabábamos de encontrarnos, tuvo que irse y fue un caballero compensándome por las molestias. El domingo me cierran una cita por la mañana y la anulan a dos horas del encuentro. El domingo por la noche, me anulan oootra cita más que estaba fijada para el lunes. Ayer me cierran una cita para hoy a las 18 y hace escasos minutos, a 40 min del encuentro, vuelven a anularla. Veremos que pasa con la de mañana...
¿Pero que está ocurriendo? Señores, entiendo que haya contratiempos. Yo misma los tengo continuamente tratando de adaptar mi vida oficial a las altas y bajas en la agenda de Marina, y ya se me van acabando las excusas para con amigos y familiares. Avisas a tu gente cercana "Oye... no podré ir, podemos dejarlo para mañana?" Y finalmente si que habrías podido ir y cuando vuelves a no poder es al día siguiente. Insisto: tengo comprensión para contratiempos, y lógicamente, tienes que creer a la gente, no eres su novia ni su mujer como para decirle "Me estás mintiendo. Lo sé". Pero también se que más de uno cancela la cita sencillamente porque se le ha pasado el calentón y se ha pensado mejor la parte del desembolso económico. ¿Sabéis qué? Que hasta preferiría que se me dijera eso. "Hola Marina, mira, me he enfriado un poco y he decidido no quedar contigo. Espero no haberte ocasionado mucho trastorno".
Evidentemente, que alguien te compense las molestias sin haber llegado al lugar de encuentro es poco habitual, de modo que busco la manera de minimizar estos plantones que tanto me contrarían en el momento (afortunadamente , se me olvidan rápido, ocurre siempre todo tan rápido...) y me voy a permitir pediros reflexionéis brevemente antes de llamar a una Escort los siguientes puntos:
• Cuando cierro una cita con un cliente, pongamos que es entre semana, organizo mi trabajo en la oficina para poder estar puntual a la hora acordada. Días que no tengo citas suelo quedarme más rato en la oficina y no trabajar tan a contrareloj, si bien la parte positiva es que el estrésme excita y llego al encuentro muy receptiva... Ergo, las anulaciones me estresan innecesariamente.
• Cuando cierro una cita con un cliente, ese día ya no hago más citas. Pongamos que cierro una cita de 1 hora y después recibo propuestas para otros encuentros más largos. Bien, no los acepto. Para mi es vital la formalidad. Supongamos ahora que ese cliente de 1 hora anula la cita, yo ya le dije a los otros que no, ergo... lucro cesante y me quedo sin la dosis de sexo, morbo y diversión con la que contaba, cuando había tenido varias propuestas...
• Cuando cierro una cita es en mi tiempo libre,el tiempo que utilizo para estudiar, ir al gimnasio, quedar con amigos, ir de compras, con mi familia... y que sacrifico en pro de atenderte. Sé que no soy nadie cercano a tí como para que te importe si me has hecho cambiar mis planes, pero creo que el ser humano es "bueno" por naturaleza y no te agradará saber que me has fastidiado pudiendo haberlo evitado.
• Cuando una persona me da plantón un par de veces, si vuelve a llamar, ya no le doy cita y le digo que no puedo. No miento, no puedo seguir perdiendo mi tiempo...
Por lo tanto, por favor, antes de llamar a una escort sé responsable e intenta darte respuesta a estas preguntas:
• ¿Estoy seguro de qué quiero quedar con esta escort? ¿O la he llamado como segunda o tercera opción porque la que me interesaba no estaba disponible?
• ¿He acordado la cita para la hora que mejor me viene? ¿Es posible que me pongan una reunión, una comida con un cliente, que surja alguna cuestión familiar? En ese caso, yo también salgo perdiendo, puesto que me quedo sin ese rato de intimidad que deseaba.
• ¿Me viene bien desembolsar esa suma en este momento?. En mi humilde opinión, una experiencia con una escort no es un bien de primera necesidad. Es un servicio de ocio, como puede ser ir a un restaurante, al gimnasio, el fin de semana a la casa rural o a un spa.
La lógica nos dice que debería ser dinero que no necesitasemos para cuestiones más relevantes, como pagar el IBI, la revisión del coche en el taller o el empaste ese que se nos ha caído. Debería ser dinero como el de las acciones, del que no necesitáramos disponer y nos aporte otro tipo de rentabilidad. Si finalmente anulamos porque tenemos que destinar el dinero a otra cosa, se da un doble efecto negativo: me acabo de dejar 300 euros en el taller y encima me he quedado sin la cita con Marina...
Lamento haber soltado tamaño sermón a mis pobres feligreses, pero sí, por qué no decirlo, estoy cansada y aburrida de los plantones... Me enfadan los plantones de amistades y familia. Me molestan las informalidades en el trabajo. Y me hastían los plantones en la vida de Marina, esa mezcla de ocio, diversión y profesión. Me tomo esta faceta de mi vida tan en serio como mi trabajo A, puesto que considero que sin compromiso, formalidad y palabra, no se llega a ninguna parte.
He dicho!! :)