Los amigos que me hago cuando me voy de vacaciones...
Hola corazones, ¿Cómo estáis pasando el fin de semana? Espero que muy bien. Aquí en Madrid mañana también tenemos fiesta así que eso me está permitiendo tener un poquito más de tiempo para poder dedicarme a mis golferías... Ya sabéis lo que me gusta...
Quedamos en una terraza del puerto , le vi aparecer de lejos y no defraudaba con respecto a las fotos que me había mandado: era alto, delgado, cuerpo cuerpo atlético de hacer deporte sin resultar exagerado, me gustaba como vestía... en definitiva, todo pintaba bien. Nos tomamos un Gin Tonic hablando los primeros cinco minutos de banalidades, para pasar enseguida a hablar de sexo...
Lógicamente, él también estaba cachondo y relajado, así que mientras nos tomábamos esa copa y hablábamos de encuentros sexuales , Fernando, sin ningún reparo empezó a acariciarse el paquete por encima del pantalón. Veía como se le abultaba cada vez más, en sintonía con como me iba mojando yo... Casi sin pensarlo, me levanté de mi silla y acerqué a la suya, estiré la mano, le acaricié ese rabo duro que aprisionaba su pantalón y le pasé suavemente las uñas por los huevos, a lo cual su cuerpo reaccionó con un escalofrío de estremecimiento. Del mismo modo que estábamos tomando unas gominolas con el Gin Tonic me apetecía llevarme otro tipo de chuche dulce a la boca... así que le bajé la cremallera y saqué un rabo mucho más estupendo de lo que yo pensaba, brillantemente baboso y perfecto para humedecer mis labios y pintármelos con su capullo. "Bonito espectáculo para cualquiera que mire hacia arriba desde la calle", pensé. Si por él hubiera sido, le habría hecho la mamada completa en la terraza, pero le había llevado allí para que me follase, y aunque para lo joven que era se le veía muy suelto, los tiempos los marcaba claramente yo. Así que, apuramos nuestras copas y le dije que entrásemos dentro.
Una vez en el salón, le expliqué que quería que mi marido fuera nuestro espectador, y dado que se encontraba 500 km de distancia la única forma que había de hacerlo era por FaceTime . Fernando accedió sin problema, le daba muchísimo morbo ser el corneador y que mi marido pudiera verlo todo de modo que cogí el trípode, coloqué el teléfono y le llamamos. Le pillamos en el coche, tuvo que parar de improviso para verlo todo y lo primero que se encontró sin ningún prólogo fue a su mujer comiendo la polla de un desconocido que gemía, susurraba su nombre, acariciaba su pelo y le pedía que se la tragase hasta el fondo... No es mal comienzo...
Estuve lamiéndole rabo de arriba abajo, por todos los costados, como si fuera un caramelo que me iban a quitar pero con un deleite y una parsimonia que estoy segura de que Fernando no se había imaginado. Le cogía los huevos delicadamente con una mano y le acariciaba con las uñas de la otra. Fernando era un gemido continuo, empezaba a perder el control y en ocasiones me la metía en exceso hasta el fondo, hasta el punto de que casi no me dejaba respirar. Lo hizo unas cuantas veces, y si soy sincera, comer polla hasta la arcada no es algo que me vuelva loca así que tuve que amenazarle con un mordisco para que me dejara hacerlo a mi gusto.
Marqué de nuevo cambio de tercio y me levanté para ir al sofá y ponerme a cuatro patas, se puso un preservativo y vino directo a embestirme, todo esto por supuesto con mi marido todavía conectado por FaceTime. Empezó a clavármela despacito, la sentía perfectamente entrar y salir... El teléfono me enfocaba las tetas así que mi marido veía como se bamboleaban mientras me oía gemir como una loca y le pedía a un desconocido que me diera más rabo y más duro mientras me sobaba las tetas enloquecida, hasta que noté que me iba a correr. Sabía que la corrida iba a ser descomunal porque llevaba casi 3 horas de calentón y el morbo de que mi marido estuviera viendo todo me tenía como un animal, así que cogí el teléfono y me lo llevé debajo de mi coño...
Tuve un squirt salvajemente brutal, eyaculé con tal intensidad que le expulsé la polla de mi coño a la vez que brotaba el geiser. Fernando no se lo creía, volvió a metérmela y me corrí de nuevo a chorro mientras el se dejaba también ir...
El sofá se quedó perdido y al día siguiente tuve que dedicarle un buen rato a expiar mis pecados con amoniaco ;)
Si te ha gustado este relato no hace falta que lo fantasees para pajearte... puedes verlo si quieres, ya que además de enseñárselo a mi marido y disfrutarlo yo en primera persona, lo grabé para que también pudierais hacerlo vosotros. Escríbeme y te explico como conseguir el video (#78).
Besos babosos de domingo
Marina