Los amigos que me hago cuando me voy de vacaciones...

02.05.2021

Hola corazones,  ¿Cómo estáis pasando el fin de semana? Espero que muy bien. Aquí en Madrid mañana también tenemos fiesta así que eso me está permitiendo tener un poquito más de tiempo para poder dedicarme a mis golferías... Ya sabéis lo que me gusta...


Tenía pendiente contaros alguna de mis últimas aventuras cuando he pasado unos días fuera en Semana Santa. Muchos de vosotros sabéis que me escapé 10 días a la playa y bien organizados, 10 días pueden dar para mucho. Además de unos paseos maravillosos por la orilla del mar, de comidas en sitios espectaculares mirando al horizonte y disfrutar del Mediterráneo todo lo que el tiempo me permitió, me dediqué a contactar a jovencitos de la zona, y digo jovencitos porque todos tenían unos 10-12 años menos que yo. Os imaginaréis que propuestas no faltaron, así que quedé con los que pensé que más juego me iban a dar...


Os voy a contar la historia con uno de ellos,  llamémosle Fernando. Era de una localidad cercana y no tuvo problemas en venir hasta donde yo estaba. Disfruté mucho ese día arreglándome a conciencia, me di un masaje por la mañana, fui a hacerme la manicura, tras la ducha me di crema de forma pausada por todo el cuerpo para estar perfectamente suave y por supuesto me puse uno de mis conjuntos de lencería que normalmente tanto gustan. Por último,  un vestido que sin resultar tremendamente exagerado hiciera resaltar mis curvas. 


Quedamos en una terraza del puerto , le vi aparecer de lejos  y no defraudaba con respecto a las fotos que me había mandado: era alto, delgado,  cuerpo cuerpo atlético de hacer deporte sin resultar exagerado, me gustaba como vestía... en definitiva, todo pintaba bien. Nos tomamos un Gin Tonic hablando los primeros cinco minutos de banalidades, para pasar enseguida a hablar de sexo...

Estuvimos hablando de los clubs de Swingers, de su experiencia en el mundillo,  de chicas que había conocido por internet, de encuentros sexuales sucios y animales... La conversación me iba poniendo cada vez más caliente , imagino que él estaba encantado alardeando de sus aventuras mientras la madurita del otro lado de la mesa le miraba con los ojos cada vez más ardientes a la par que se acariciaba fugazmente las tetas como aviso de lo que podía venir después. Por mi parte, no le conté nada de mi vida como Marina pero sí que estaba al tanto de que tengo pareja y de que él es un auténtico cuckold/cornudo y yo soy una hotwife vocacional.


En aquellas fechas la zona en la que estaba cerraba la gastronomía a las seis de la tarde así que nos quedamos sin poder tomar la segunda en otro sitio que no fuera mi casa... Obviamente yo eso ya lo había previsto y tenía todo preparado para tomarnos un Gin Tonic en mi terraza, terraza que, por cierto da a una calle peatonal bastante transitada. Así que subimos y nos acomodamos, siguiendo con la conversación de temática caliente. Me apetecía mucho ir cogiendo velocidad despacito, nada apresurado, quería disfrutar estar fuera de Madrid, de las prisas y el estrés, no tener nada ni nadie que me esperase al terminar.  Buscaba deleitarme calentándome mucho y fue una excelente elección a tenor de como salieron después las cosas. 

Lógicamente, él también estaba cachondo y relajado, así que mientras nos tomábamos esa  copa y hablábamos de encuentros sexuales , Fernando, sin ningún reparo empezó a acariciarse el paquete por encima del pantalón. Veía como se le abultaba cada vez más, en sintonía con como me iba mojando yo... Casi sin pensarlo, me levanté de mi silla y acerqué a la suya,  estiré la mano, le acaricié ese rabo duro que aprisionaba su pantalón  y le pasé suavemente las uñas por los huevos, a lo cual su cuerpo reaccionó con un escalofrío de estremecimiento. Del mismo modo que estábamos tomando unas gominolas con el Gin Tonic me apetecía llevarme otro tipo de chuche dulce a la boca... así que le bajé la cremallera y saqué un rabo mucho más estupendo de lo que yo pensaba, brillantemente baboso y perfecto para humedecer mis labios y pintármelos con su capullo. "Bonito espectáculo para cualquiera que mire hacia arriba desde la calle", pensé.  Si por él hubiera sido, le habría hecho la mamada completa en la terraza, pero le había llevado allí para que me follase, y aunque para lo joven que era se le veía muy suelto, los tiempos los marcaba claramente yo.  Así que, apuramos nuestras copas y le dije que entrásemos dentro.

Una vez en el salón, le expliqué que quería que mi marido fuera nuestro espectador, y dado que se encontraba 500 km de distancia la única forma que había de hacerlo era por FaceTime . Fernando accedió sin problema, le daba muchísimo morbo ser el corneador y que mi marido pudiera verlo todo de modo que cogí el trípode, coloqué el teléfono y le llamamos. Le pillamos en el coche, tuvo que parar de improviso para verlo todo y lo primero que se encontró sin ningún prólogo fue a su mujer comiendo la polla de un desconocido que gemía, susurraba su nombre, acariciaba su pelo  y le pedía que se la tragase  hasta el fondo... No es mal comienzo...

Estuve lamiéndole rabo de arriba abajo, por todos los costados, como si fuera un caramelo que me iban a quitar pero con un deleite y una parsimonia que estoy segura de que Fernando no se había imaginado. Le cogía los huevos delicadamente con una mano y le acariciaba con las uñas de la otra. Fernando era un gemido continuo, empezaba a perder el control y en ocasiones me la metía en exceso hasta el fondo, hasta el punto de que casi no me dejaba respirar. Lo hizo unas cuantas veces, y si soy sincera,  comer polla hasta la arcada no es algo que me vuelva loca así que tuve que amenazarle con un mordisco para que me dejara hacerlo a mi gusto.

Me tiré un buen rato comiéndole el rabo, yo arrodillada en el suelo y él sentado cómodamente en una butaca, combinándolo con una cubana impresionante mientras mi marido lo veía todo desde el punto de vista de Fernando (ya que había cogido el teléfono para enfocarlo mejor). Yo me follaba las tetas con su rabo y me daba para lamer pezones y capullo a la vez, pensaba que necesitaba cada vez con mas urgencia tener algo en el coño, algo duro, caliente, que me llenase...


Marqué de nuevo cambio de tercio y me levanté para ir al sofá y ponerme a cuatro patas, se puso un preservativo y vino directo a embestirme,  todo esto por supuesto con mi marido todavía conectado por FaceTime.  Empezó a clavármela despacito, la sentía perfectamente entrar y salir... El teléfono me enfocaba las tetas así que mi marido veía como se bamboleaban mientras me oía gemir como una loca y le pedía a un desconocido que me diera más rabo y más duro mientras me sobaba las tetas enloquecida, hasta que noté que me iba a correr. Sabía que la corrida iba a ser descomunal porque llevaba casi 3 horas de calentón y el morbo de que mi marido estuviera viendo todo me tenía como un animal,  así que cogí el teléfono y me lo llevé debajo de mi coño...

Tuve un squirt salvajemente brutal, eyaculé con tal intensidad que le expulsé la polla de mi coño a la vez que brotaba el geiser. Fernando no se lo creía, volvió a metérmela y me corrí de nuevo a chorro mientras el se dejaba también ir...

El sofá se quedó perdido y al día siguiente tuve que dedicarle un buen rato a expiar mis pecados con amoniaco ;)

Si te ha gustado este relato no hace falta que lo fantasees para pajearte... puedes verlo si quieres, ya que además de enseñárselo a mi marido y disfrutarlo yo en primera persona, lo grabé para que también pudierais hacerlo vosotros. Escríbeme y te explico como conseguir el video (#78).

Besos babosos de domingo

Marina

Blog de Marina Costa. Escort en Madrid