La maté porque era mía

25.11.2014

Aquí yace Marina, tan suave y serena como siempre yació.

Deseada por muchos, disfrutada por algunos, a tantos que amó.

La de la mirada sonriente y los labios inquietos.

Que tantas vidas recargó, las mismas que saboreó.

Mujer única del espectro puteril, blogesfera y realidad tangible.

Nunca será olvidada.

Marzo 2013- Noviembre 2014

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Siempre tuve claro que el título de mi epitafio serían estas cinco palabras que tan dramática frase construyen.

Marina muere aquí, hoy, ahora.

Hace unos meses, a modo de presagio, lancé un mensaje en una botella, y para mi fortuna y mayor felicidad, se ha hecho realidad. Tengo algo tan bueno, tan sincero, tan emocionante y tan completo, que a día de hoy no necesito nada más. Tan increíble que sabes que es de esas relaciones que pueden durar toda la vida y es por lo que merece la pena luchar y arriesgar. Tan libre que la decisión de matar a Marina es sólo mía, él la habría respetado, a pesar de los sentimientos que le pudieran despertar.

Marina muere aquí, hoy, ahora.

No necesito rumiarlo más, ni esperar a que lleguen esas fechas en las que había compromisos contraídos  (ruego me disculpéis por el "short notice"). Es ahora el momento de cerrar la puerta a las citas, lo he visto claro hace unos minutos y no quiero dilatarlo. Si bien no cierro el blog, me gustaría pasar por aquí de vez en cuando a contaros alguna historia de las mías y especialmente, a presentaros a una amiga muy especial que supera con muy poco esfuerzo mi listón.

Como todas las despedidas, quiero agradecer a la mayoría de las personas que compartieron tiempo y experiencias conmigo por su atención, cuidado, educación, estar pendientes de mi disfrute y comodidad.

Gracias a aquellos que de verdad me habéis querido, así lo he sentido.

A mis lectores y comentaristas por el tiempo y las críticas.

A las compañeras de aventuras con las que me relacioné por su amistad y cariño.

Mi vida ha girado ya varias veces 270º. Sería muy osado por mi parte aseverar que nunca, nunca jamás volveré a girar sobre un pie y retomar esta posición que hoy abandono, pero he decidido encaminarme por esta senda sin mirar atrás y luchar por una relación y un hombre que me puede dar todo aquello con lo que siempre he soñado. TODO, que no es poco.

En un par de días el móvil dejará de estar operativo, el correo podré mirarlo de vez en cuando pero no con la frecuencia habitual ni tampoco podré dedicarle mucho tiempo, lo necesito para vivir mi vida, ya no la de Marina...

Gracias por estos 21 meses de intensidad y de una de las etapas más felices de mi vida.

Ahora comienzan otras.

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Blog de Marina Costa. Escort en Madrid