Hacer una española

15.06.2014

No, no, que va, no es la expresión que utilizan los guiris cuando le cuentan a sus paisanos sus vacaciones en Málaga o Tenerife. Qué va, ¡es algo mucho más divertido!. Buceando por la red he encontrado esta página en la que aseveran lo siguiente (me permito copiarlo literal porque lo han redactado de una forma muy salerosa):

¿Cómo dicen los cubanos "hacer una cubana"?

Exacto: Hacer una española. Todas las actividades sexuales depravadas -en el sentido católico, es decir, no vinculadas estrictamente con la reproducción- suelen adjudicarse a nacionalidades foráneas.

Al fin y al cabo, ¿quién quiere imaginarse a su hermana o a su madre practicando una cubana? ¡Nein! Esas cochinadas sólo las hacen las extranjeras. Pero la fama de las españolas en esta disciplina no se limita a Cuba: la masturbación con los pechos también se denomina "hacer una española" en Italia, Alemania ("spanischer sex") y Francia ("branlette espagnole"). En Chile y en México, en cambio, se conoce como "hacer una rusa" y en Argentina, "hacer una turca".

Y yo, que soy muy patriótica y me lo tomo todo muy a pecho... me aplico y lo aplico convenientemente...

No me andaré con falsas modestias: estoy absolutamente encantada y maravillada con el busto que me ha tocado. Me hace gracia esa frase tan ordinaria que se oye alguna vez de labios de un hombre (más bien chavalito...): "Si yo fuera mujer y tuviera pechos, me pasaría el día frente a un espejo acariciándolos".

Adivina quién lo hace...

Desde los 17 años tengo bastante volumen y debo confesar que ha sido un elemento de gran peso en mis prácticas sexuales. Me gusta insinuarlos y lucirlos, despertar miradas y pulsiones. Me gusta disfrutarlos sola y en compañía. Me gusta descubrirte poco a poco el final del cuello, bajar la mano por el escote hasta llegar a un canalillo al que le sobra el diminutivo. Jugar a que se pierda mi dedo en su interior. Está caliente y un poco sudado en su pliegue. Asirme ambos pechos con las manos y ofrecértelos...

Ten clara una cosa: no vas a hacer nada con ellos que no haya hecho yo ya antes, miles de veces.

Acariciar, masajear, apretar, pellizcar, bambolear, soplar, humedecer, babear, frotar, lamer. No te necesito, puedo yo sola... Y me siento absolutamente afortunada por ser autónoma hasta para llevármelos a la boca sin el menor esfuerzo.

No es baladí esto que digo. Si has estado ya conmigo, debiste darte cuenta de como disfruto jugando con ellos. En secano y regadío. Posiblemente dejaste tu mente en blanco al verme verter aceite sobre ellos para tenderme sobre tu cuerpo y procurarte un masaje desde la nuca hasta los tobillos, solo con mi piel desnuda aplastada sobre ti. Notaste mi excitación in crescendo al estimular los pezones por la fricción contra tu desnudez.

Te confesaré la verdad. Mis Pechos me procuran Placer y Poder, en una pluralidad de acepciones.

Poder como sustantivo, para atraerte, seducirte, en persona con un movimiento gracioso que hará que se te escape la vista o virtualmente con unas simples fotos que generan 1006 visitas en un día...

Poder como verbo, porque con estos atributos y mi savoir faire soy capaz de hacerte perder la cabeza, metafórica y literalmente, ofreciéndote que la hundas entre ellos. Puedo lograr que estés tan excitado que te obligues a parar para recuperar brevemente la consciencia...

Poder, cuál de los dos, verbo o sustantivo, cuando me arrodillo sobre la moqueta y ante tu cuerpo que reposa plácidamente en la butaca, abrazo tu pene con mis senos. Los aprieto para envolverte por completo y te beso furtivamente cuando asomas a saludar. En ese momento soy muy poderosa, no todas las mujeres tienen capacidad para hacer lo que yo hago, lo sé y lo disfruto, me gusta darte algo único y que lo recuerdes. Me excita la fricción en el canalillo y los pezones oprimidos, me excita la postura, arrodillada y casi con la retaguardia en pompa, la sumisión, estás en mis manos, manos, senos y boca. Me agito con brío, subo respiración, subo ritmo, cada vez más y más... Estás en medio del temporal Marina, con todo su oleaje sacudiéndote por completo y sin tan siquiera dilucidar dónde vas a acabar. Eres un cuerpo inerte que se deja llevar por la marea...

Temporal Marina. Mis ojos y mi mirada ardiente caen sobre ti y te mojan la cara, como lo hace tu climax al verterse entre los pliegues de tu piel y la mía juntas...

M.

PD: A partir de ahora, creo una nueva acepción: no es ni hacer una cubana, ni una española, ni titfuck ni nada que se le parezca.

Sencillamente, es "hacer una Marinada" . No olvides pedirlo así... ;)

Blog de Marina Costa. Escort en Madrid