Mujer contra mujer (...¡y contra hombre!)
Esta es Lucía, la belleza salvaje de quien hablaba en mi post anterior. La foto no le hace apenas justicia, los preciosos rasgos de su cara quedan ocultos tras el difuminado, la sensualidad que derrocha al moverse sólo se adivina en el hieratismo de la imagen; la suavidad de su piel, las pasiones que levanta su retaguardia, el halo con el que te envuelven su sonrisa y su mirada es algo que por el momento, tendrás que creerme a pies juntillas.
Nuestra proximidad es cada vez mayor. El otro día en la noche de Madrid, a unas horas en las que el resto de nuestras acompañantes habían causado baja, comenzaron las confesiones, sin correos electrónicos que contuvieran frases con doble sentido y sin puntos suspensivos que dejaran paso abierto a la imaginación. Creo recordar que el tema lo saqué yo, y fui también yo quien abiertamente le dijo que me quedaba embelesada mirando la perfección de sus labios, y que me moría de ganas de besarla, a lo cual ella respondió que le ocurría lo mismo, que yo le gustaba, que había soñado en el pasado con mujeres, hasta llegar a tener orgasmos a causa de la fantasía.
Mientras me lo contaba yo la veía más bonita que nunca y notaba como me excitaba al imaginarla teniendo un orgasmo, cual sería su cara después de que la sensación de plenitud la envolviera.
Podría haberla besado perfectamente en ese momento, en el sitio en el que estábamos no habría llamado la atención por su ambiente, pero sí porque dos mujeres arregladas con vestidos, tacones, femeninas a rabiar no encajan en esa idea que tenemos todos de dos mujeres besándose. ¿O si?
Quizás yo sea una estrecha de miras :P
Pero no, no fue realmente ese el motivo. No quiero que sea ahí nuestro primer beso. Porque sé que en cuanto la pruebe no voy a querer quedarme ahí, y lo quiero hacer en condiciones. Quiero posar lentamente mis labios sobre los suyos, dejar que se pierdan mis manos en su melena rizada, notar como nuestras respiraciones se aceleran sin que me importe lo que haya a nuestro alrededor ni a que me vea algún compañero de trabajo o de mi entorno personal besando como loca a otra mujer.
Quiero empezar y no parar, comenzar en sus labios y bajar por su cuello. Desnudarla lentamente, aspirar la fragancia de sus pechos, acariciarlos, jugar con ellos, llevarlos a mi boca y excitarla como jamás habría sospechado ninguna de las dos...
La conversación sobre este tema fue muy bonita. Ella se siente muy segura conmigo, se deja llevar, sabe que velo por ella. No deja de ser algo nuevo para mi tontear con una mujer, ser sabedora de la tensión sexual y alentarla...
Seguimos nuestra ruta por la noche y en uno de los trayectos en taxi, le cogí discretamente la mano y comencé a acariciarsela. Ella no titubeó en seguirme y hubo un momento en el que le acariciaba con sólo dos dedos con una intensidad que me ponía los pelos de punta, no sé si ella llegó a sentirlo como yo, pero me bajé del taxi con un calentón más que considerable. Me recordó un trayecto en taxi también con un ex que me volvía loca, durante el cuál, yendo de Argüelles a Chamartín tuve un orgasmo solo con la intensidad de las caricias...
El dia D es el fin de semana próximo. Porque ambas sabemos que va a ocurrir, pero no contentas con ello, queremos que quede testimonio... Mi amigo el fotografo cree, intuye, que puede pasar algo entre nosotras mientras nos hace las fotos, pero tiene totalmente vetado ponernos la mano encima.
Su función ahí es únicamente ver y plasmar nuestra sensualidad, excitación y sexualidad. Me da también morbo pensar en las veces que él se ha debido masturbar ya pensando en la sesión... Me gusta que ambas excitemos a los hombres por separado, así que al cuadrado debe ser ya superlativo...
¿Hasta dónde llegaremos? Que más da, es irrelevante, hasta donde surja y nos apetezca. Pero siendo que habremos pasado ya todo el día juntas y con el hielo y las inhibiciones que pudiera haber rotas, hemos pensado que qué mejor forma de inaugurar el binomio de Marina y Lucía que proponiéndote una fantástica velada cenando con ambas (un Manger à trois que no un Menage à trois). Una cena en un sitio bonito, con gusto, con dos mujeres con una complicidad ya consumada, deseosas de seducirte y de hacerte testigo y copartícipe de nuestros juegos ... Y después de la cena, sí puedo proponerte con seguridad pasar un rato de intimidad conmigo, descuida, sabré hacerme valer por dos. No quiero crear falsas esperanzas sobre si Lucía querrá dar el paso a estar los tres juntos, eso lo marcará la situación... Por lo cual creo que es más honesto que no se cuente con ello.
O quizás podemos proponerle que únicamente nos mire... Las opciones están abiertas y la cena se promete interesante...
Si estás interesado o quieres más detalles sobre como es ella físicamente, mándame un mail o llámame (lo siento, no puedo coger el tlf antes de las 18:00 y tampoco atiendo ocultos, pero por mail o whatsapp sí puedo atenderte). Ella tiene un perfil social, cultural y profesional parecido al mío, tendrás una buena charla, risas y una ingente dosis de seducción garantizada...
¿Te atreves?
Yo no me lo pensaría...
Marina