Agua y relax
Me encanta cuando puedo prepararme con calma para una cita, como es el caso de hoy. A las 15 he cerrado una cita para esta noche, tengo toda la tarde para perfumar mi piel, mimarla para que tenga el tacto de la seda, hacerme deseable y apetecible, mientras fantaseo con como será el caballero que me acompañe esta noche...
De modo que he comenzado mi ritual dándome un largo baño, y probando algo que no había hecho nunca pero había leído mucho sobre sus propiedades desintoxicantes: verter 1 kilo de sal marina en la bañera de agua templada. Os prometo que por un momento he sentido levitar (quizás era por la densidad, jajaja) mientras con una esponja exfoliaba lentamente el cuerpo. He salido del agua con el rostro resplandeciente y relajada como nunca, tanto que me he quedado dormida un ratito con el albornoz puesto.
Y esta experiencia a solas me ha recordado a otras acompañada en las que también nos rodeaba el líquido elemento por los cuatro costados. Yo soy más de agua templada / caliente que de mar o piscinas o agua fría, aunque una cala recóndita conjugando paisaje, morbo, naturaleza, el riesgo de ser descubiertos... es algo a lo que no le haría ningún reparo....
Fue este verano, con un amante de muchos años (para mí, el término "amante" se refiere a alguien con quien la relación principalmente es sexual, no implica necesariamente que uno de los dos tenga que tener pareja). Me apetecía hacer con él algo diferente y ya habíamos estado veces atrás en spas urbanos, siempre íbamos al mismo, tenía un rinconcito perfecto en una de las piscinas tras una columna desde el cual nosotros veíamos la entrada y nadie nos veía a nosotros. Tras relajarnos durante un rato en el jacuzzi y con los distintos chorros de la piscina, me penetraba en esa esquina apartando el bañador mientras me susurraba obscenidades en la nuca. Ains...
Bien, el caso, quería hacer algo diferente, quizás no necesariamente ese morbo de que nos pillaran, así que encontré otro balneario urbano en Madrid en el que te ofrecen la posibilidad de tener un jacuzzi de dimensiones considerables para un pareja, completan la oferta con champán y bombones, velas, música ambiental... Normalmente los jacuzzis que suele haber en los hoteles o apartamentos por horas están pensados para relajarse, no para desalojar la mitad del agua con los vaivenes de la Marina Española (:P) y por eso este sitio era óptimo, te llegaba el agua hasta el cuello y la sala tenía el suelo de madera con rejillas para el agua, de modo que sólo cabía pensar endisfrutar...
Tras pasar un rato de relajación mi acompañante y yo, bebiendo nuestra copita de champán (mejor no ser muy exigentes a este respecto...) pasamos a los besos y caricias, y a como sigue asombrándome y como disfruto los efectos del Principio de Arquímedes en mis pechos, me encanta la textura que tienen en el agua y la sensación que experimento cuando me los acarician. No soy capaz de describirlo mejor, sólo se que me vuelve loca y alcanzo unas cotas de excitación increíbles... Me gusta acariciar bajo el agua, mientras floto sobre ti y te beso, unas veces suave, dulce, cariñosa, otras más sexual y libidinosa... Me excita muchísimo la situación, el agua tibia, la lentitud de los movimientos, estar mojada por fuera...y por dentro. Hasta que ambos no podemos más y debo cabalgarte mientras el tiempo no acaba, porque en el agua mi resistencia se multiplica por cuatro y puedo botarte, besarte, empujarte, frotarme, todo, durante un tiempo infinito, hasta que ambos notemos el orgasmo que nos sube de la punta de los pies hasta las pestañas...
El sitio del spa sigue abierto, de modo que si te animas a visitarlo conmigo, llámame o mándame un mail y te daré más detalles, si bien te anticipo que al ser con reserva previa necesitaría un pago a cuenta por tu parte (si me anulas la cita yo no podría anularlo y perdería el dinero...).
Eso sí, te garantizo que es una experiencia alucinante...
Mil besos desde el fondo marino.
M.